Cuando viajo a algún lugar que ha aparecido muchas veces en televisión, y donde han realizado muchos reportajes y dicen lo expectacular que es, me ha pasado que no me he sorprendido o disfrutado en la forma que ellos lo hacían. Por ejemplo, vi montones de reportajes de Chiloé y hablaban de lo increíble que era comerse un curanto. Y claro que estaba rico, pero a mi parecer la expectativa era tan alta que no era como me lo había imaginado.
Algo similar me pasó cuando visité el "Cristo Redentor" en Rio de Janeiro. Siempre imaginé que era más gigante de lo que es en la realidad (30 metros de alto), así que creo que la TV tiene gran culpa, porque exagera demasiado (además de usar lentes gran angulares en sus cámaras).
Quizás me sorprendo con aspectos más simples y no con el clásico "atractivo turístico".
Hoy prefiero no tener grandes expectativas de los sitios a visitar y de las comidas, así disfruto más y me dejo sorprender en el momento. Si algo no me gusta, la desilución no será tan grande.
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