lunes, 12 de agosto de 2013

MEMORIES: Bilz y Pap

Hoy nos trajeron a la oficina un rollo de adhesivo fotoluminiscente (en palabras sencillas: fluorescente) porque un cliente necesita instalar en su empresa señalética de seguridad que brille en caso de corte de luz.


Mientras trabajábamos con el material, recordé un día de mi niñez cuando mi papá llegó a casa con un par de vasos fluorescentes de regalo para mi hermano y para mi. Eran de una promoción noventera de Bilz y Pap.

Con mi hermano nos fuimos corriendo al dormitorio, apagamos la luz. Yo metí la mano dentro del vaso y al moverlo en la oscuridad parecía que el vaso estaba flotando y bailando. 

No podía creer que algo pudiera brillar sin necesidad de electricidad. Además, el color verde fluorescente los hacía aún más atractivos. 

Bonitos recuerdos.

En mercadolibre venden uno de esos como una reliquia vintage.


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